
Realizamos un
free tour en el que pudimos conocer más a fondo su historia. Gracias a que el
guía turístico era originario de Marrakech, pudo contarnos misterios y algunas
leyendas de la ciudad. Comenzamos por visitar la Mezquita Koutoubia, su
construcción es sorprendente, además algo que nos pareció muy curioso, fue el
parecido que tiene con la Giralda (Catedral de Sevilla).
Continuamos por
la explicación de las Tumbas Saadíes, en ellas están enterrados los sirvientes
y guerreros de la dinastía, en el que llaman el mausoleo principal, se
encuentran enterrados el sultán Ahmad al-Mansur junto con su familia.
El palacio consta de 8 hectáreas que se dividen en 150 habitaciones, que dan a jardines y patios interiores. Las habitaciones del harén, formado por sus 4 esposas, eran las más interesantes, les seguían las habitaciones de las 24 concubinas (mujeres con las que no se casaba), el visir, contrató a los mejores artesanos del país, para que decorasen el palacio, dependiendo de la mujer, la decoración era de una forma u otra, siempre lo más bonito era para su mujer preferida.
Al morir el visir, el sultán, las mujeres y la familia, decidió desvalijar el palacio, aunque las estancias se encuentran vacías, la decoración de las paredes y techos es de admirar, tanto los patios, como las paredes, como los techos, son la máxima expresión de arquitectura y estilo marroquí, se puede apreciar técnicas como,“el zellij”, mosaico con trozos de azulejos y diseños geométricos en la paredes, o “el zouak” una técnica para tallar o pintar madera, con ello él quería demostrar su amor por las mujeres que vivían en cada habitación, ninguna de las salas era igual que otra, cada una de ellas era diferente.
Esta parte de la visita, me pareció sorprendente, el Palacio de la Bahía, es un sitio majestuoso, que no se puede dejar de visitar si vas a Marrakech.
Para terminar me
gustaría decir, que viajar es una de las mejores formas de enriquecerse, en
este caso, yo, como he comentado tenía muchas ganas de ir a este destino pero
ha superado con creces mis expectativas, sus vestimentas, sus callejones por el
zoco, sus costumbres o cultura, hacen de Marrakech una ciudad mágica.
Fotografía realizada en el Palmeral de Marrakech.