Mientras preparábamos la sorpresa que le hicimos a mi abuela, tuvimos que buscar muchas fotos en las que saliésemos toda la familia, de cuando éramos pequeños o de viajes que hemos hecho todos juntos. De esta forma, me puse a mirar muchos de los álbumes que tengo en mi habitación. Fotos desde que tenía 1 año o incluso menos, hasta hace poco. Cada vez que pasaba una foto se me iluminaba la cara y se me dibujaba una sonrisa que me duraba para todo el día. Recordar todos esos momentos, las actuaciones del colegio y el book de fotos que me hacía mi padre cuando nos teníamos que disfrazar; las fiestas de cumpleaños que celebrábamos en el local de mi urbanización; los viajes a Ceuta para ver a mi familia; las fiestas del pueblo con todos los primos y toda la familia por parte de mi madre; entre todos estos y muchos más.
Cuando llevábamos ya pocas semanas sin poder salir de casa, ya se empezaba a echar de menos a la familia y a los amigos, pero en el momento en el que empecé a ver las fotos, ya no solo echaba de menos eso, sino tantos momentos en los que he sido feliz y no me daba cuenta.
El recuerdo es un sinónimo de memoria, y la memoria es "imagen o conjunto de imágenes de hechos o situaciones pasados que quedan en la mente". Yo muchas veces he pensado que no me acordaba de tantas cosas de cuando era pequeña, pero cuando veo una foto de algún momento especial o algún momento específico, ese recuerdo me viene directamente y pasa por mi cabeza de forma muy lenta mostrándome muchos detalles. Por eso, esta cuarentena, cuando se me venían todos esos recuerdos en forma de fotos o vídeos me encontraba feliz.
Creo que el recordar momentos y hechos es de lo más importante que tenemos y deberíamos valorarlo. Además creo que también debemos valorar cada momento que vivimos porque seguramente no vayamos a vivir algo de la misma forma.
Una frase que me gusta mucho que vi hace mucho tiempo dice:
"Después de los grandes momentos, quedan inolvidables recuerdos"
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