lunes, 30 de marzo de 2020

ARTE CALLEJERO. Nuria Pérez

El día 13 de octubre de 2019, fue el Perrotón, se trata de una carrera solidaria por la Adopción y tenencia responsable de animales de compañía, a la que suelo ir todos los años, acompañada de vecinos que al igual que yo, son amantes de los animales. Tras la celebración, solemos tomar un aperitivo en las terrazas del retiro, ya que es un sitio agradable en el que podemos estar sentados con nuestros compañeros peludos (tengo tres, dos machos y una hembra). Este año, según estábamos disfrutando de la mañana, se acerca a mí, un chico jóven y me pregunta si podía tocar a la perra, a lo que le respondo que sí, que no había ningún problema, el continúa diciendo ¿no se enfadará no? y le digo por supuesto que no. A lo que seguidamente me dice, ¿y si le entrego esto? ¿le gustará? Había dibujado el retrato de mi perra tumbada, en él se puede apreciar, las manchitas que tiene por el cuerpo, el collar azul y el pañuelo de la carrera morado. Fue un detalle súper bonito al que le estuve muy agradecida, es una manera que tiene el autor de entregar su arte, de manera cero agresiva. ( A veces se acerca gente cantando, o tocando un instrumento y ponen la mano para que les des a cambio dinero por obligación). Ni si quiera nos habíamos fijado que él estaba ahí, sentado en una banqueta, con un atríl y sus pinturas, que él se fijará justamente en mi perra para dibujarla, me agradó de manera notoria.

                                      


Pasados unos meses, me dirigí a la misma terraza del retiro, para tomar el aperitivo y disfrutar de una mañana agradable de la mano de mis peludos, cuando estábamos recogiendo nuestras pertenencias para irnos, de nuevo se acerca a mí el artista (él no se acordaba de mí) y me comenta que si me podía obsequiar con un detalle, porque el sentarnos ahí con nuestros perros, le había alegrado la mañana, a lo que le contesto que por supuesto que sí. Me entrega un segundo retrato, esta vez de dos de mis perros, se puede apreciar como la hembra en todo momento está vigilando y el macho, sin embargo, despreocupado, tumbado, estaba destrozando un palo.
Le agradecí su detalle y le comenté que en otra ocasión ya me había realizado un retrato de uno de ellos, me dijo que el fijarse en ellos para dibujarles, le daba una paz que no encontraba en otros dibujos.
Mi vecino, que en este caso estaba conmigo, le solicitó un retrato de él y de su perra, tardó 15 minutos, es algo increíble, pienso que tienen que tener un don, porque yo en 15 minutos no se ni dibujar una silueta, lo hizo perfectamente bien y repito que no pide nada a cambio, solo lo que tu decidas darle y sin obligación de ello.



En estas dos ocasiones, cuando me entregaban los retratos, me sentía afortunada, de todos los paisajes que existen en el retiro, decidió retratar a mis perros, sin él saberlo, me había entregado un recuerdo que no se me iba a olvidar nunca, a la vez que una lección, me entregó todo su arte sin saber si yo le daría algo a cambio.


Rocky, simplemente se ha enterado que sus hermanos aparecían en un blog y a querido participar él también.
Nuria Pérez.

1 comentario:

  1. Unos dibujos muy bonitos. Este chico seguramente habrá hecho algún tipo de formación artística. Un dibujante es un profesional, como un carpintero, un enfermero, un taxista etc... lo que pasa es que socialmente no se termina de integrar la profesionalización de los artistas y este es el problema. Su trabajo tiene un precio, pero es difícil encontrar la forma de abrirse al mercado del arte.

    ResponderEliminar

RECUERDOS. Natalia Julbez

Hace unos días hablé sobre el día de la madre y la sorpresa que hicimos a mi abuela, y d esde ese día llevo queriendo hacer esta entrada muc...